La distancia obtuvo consciencia: consciencia de distancia, distancia con razón. No se quieren cerca. Sus alrededores están contaminados por corrosión e ira. Un paso apresurado y los pulmones se llenan de palabras y miradas agresivas. Dos individuos. Un cuarto de hotel. Hombre y mujer. Desnudos. En sus cuerpos marcas de besos y mordidas. Si hacemos un análisis paleontológico podemos encontrar la antigüedad de cada huella. Primero fueron los besos, sí. Entraron apresurados a la habitación, sus genitales hinchados. Las mochilas en el suelo y la pasión en la ropa. Levanta las manos: beso en el cuello: playera al suelo. Túmbate a la cama: lamida en el abdomen: pantalón al suelo. Date vuelta: masaje de nalgas: el calzón se despidió. Penetración. Furia en un nombre olvidado. Lágrimas. Un cuerpo al suelo. El varón erguido y la fémina agachada, lastimada. Dejaron de ser humanos; son bestias. Voluptuosidad y resistencia. Distancia. Un macho y una hembra; uno en la cama y el otro en la puerta del baño. Ya no sirven las palabras. Tratan de comunicarse las disculpas con miradas. Pero ya no hay acuerdo lingüístico. Su lengua ya no es de novios, es de desconocidos y como tal abandonan la habitación. Adiós, amor.

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