La diferencia entre la ética del carácter y la ética de la personalidad: ¿Cuál es el verdadero camino al éxito?

¿Qué tipo de éxito estás construyendo? Muchas personas buscan alcanzar el éxito a través de la imagen y la persuasión, pero ¿es eso suficiente? La verdadera diferencia entre quienes logran un éxito duradero y quienes solo lo aparentan está en los valores y principios que los sostienen.

EMPRESARIAL

Emmanuel Mata

4/29/20253 min read

El concepto de éxito ha cambiado a lo largo del tiempo. Si en el pasado el éxito se asociaba con valores como la integridad, la perseverancia y la humildad, en la actualidad muchas personas buscan alcanzar el éxito a través de estrategias superficiales, basadas en la imagen y la impresión que generan en los demás. Stephen R. Covey, en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, diferencia entre dos enfoques para lograr el éxito: la ética del carácter y la ética de la personalidad. Mientras que la primera se fundamenta en principios sólidos y duraderos, la segunda se basa en técnicas de manipulación y apariencia externa.

Pero ¿En qué consiste cada uno?

La ética del carácter se basa en principios universales como la honestidad, la responsabilidad y la paciencia; los cuales durante muchos años fueron la base del éxito: "En total contraste, casi todos los libros de más o menos los primeros ciento cincuenta años se centraban en lo que podría denominarse la ‘ética del carácter’ como cimiento del éxito: en cosas tales como la integridad, la humildad, la fidelidad, la mesura, el valor, la justicia, la paciencia, el esfuerzo, la simplicidad, la modestia y la ‘regla de oro’" (Covey, 1989, p. 12). Entonces, el verdadero crecimiento personal y profesional no depende de técnicas pasajeras y superfluas, sino en una base sólida de valores.

Mientras que, en la ética de personalidad, la idea del éxito comenzó a centrarse en la imagen y la percepción que los demás tienen de nosotros. "Poco después de la Primera Guerra Mundial, la concepción básica del éxito pasó de la ética del carácter a lo que podría llamarse la ‘ética de la personalidad’. El éxito pasó a ser más una función de la personalidad, de la imagen pública, de las actitudes y las conductas, habilidades y técnicas que hacen funcionar los procesos de la interacción humana" (Covey, 1989, p. 12). Este cambio llevó a muchas personas a enfocarse en el carisma y la apariencia, dejando completamente de lado el desarrollo interno y la humildad.

Si bien es cierto que las habilidades sociales y las estrategias para influir en otros pueden ser útiles, Covey recalca que "no pretendo decir que los elementos de la ética de la personalidad (desarrollo de la personalidad, habilidades para la comunicación, estrategias de influencia, pensamiento positivo) no sean beneficiosos y algunas veces de hecho esenciales para el éxito. Sé que lo son. Pero se trata de rasgos secundarios, no primarios" (Covey, 1989, p. 13). Es decir que el carácter debe ser la base, y las habilidades externas deben ser un simple complemento, no el pilar principal del éxito.

El problema de enfocarse solo en la imagen es que, sin una base sólida de valores, el éxito puede ser temporal y frágil. Covey advierte: "Cuando trato de usar estrategias de influencia y tácticas para conseguir que los otros hagan lo que yo quiero, que trabajen mejor, que se sientan más motivados, que yo les agrade y se gusten entre ellos, nunca podré tener éxito a largo plazo si mi carácter es fundamentalmente imperfecto, y está marcado por la duplicidad y la falta de sinceridad" (Covey, 1989, p. 13). Por lo que el éxito basado en la manipulación y la imagen no es sostenible y tarde o temprano se desmorona.

En un mundo donde la imagen y las técnicas para influir pueden parecer el camino más rápido al éxito, Covey nos recuerda que el carácter sigue siendo la base más firme para lograrlo de manera duradera. Como él mismo dice: "En último término, lo que somos puede transmitirse con una elocuencia mucho mayor que cualquier cosa que digamos o hagamos" (Covey, 1989, p. 14). La autenticidad, la integridad y el compromiso con principios sólidos son los verdaderos cimientos del éxito.

¿En qué tipo de éxito quieres construir tu vida?

Referencias

Covey, S. R. (1989). Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Paidós.

El texto fue originalmente publicado en https://www.linkedin.com/in/guzmankenia/

LinkedIn del autor https://www.linkedin.com/in/emmanuelmatarios/